¿Por qué la historia es importante en Relaciones Internacionales?

Si estás interesado en seguir la carrera en Relaciones Internacionales o ya has empezado a estudiarla, existe la posibilidad de que hayas mirado el programa, y al verlo, te hayas dado cuenta que tiene un área importante dedicada al estudio de la historia. Este hecho puede llegar a ser decepcionante para algunos alumnos, que muestran mucho más interés por las cuestiones coyunturales que están en más estrecho contacto con sus vivencias y con sus horizontes profesionales. Además, es una opinión común que las condiciones del mundo presente son tan distintas a todo lo que lo precedió, que el estudio del pasado no podría aportar nada significativo. Si te sentís identificado con estas preocupaciones y te estás preguntando cuál es la relevancia del estudio de esta disciplina para la formación de licenciados en Relaciones Internacionales, seguí leyendo este artículo que te presentamos a continuación.

 

La historia contra las visiones esencialistas

Visión esencialista sobre el ser humano

Estudiar historia es importante para comprender las acciones y las representaciones de las sociedades y los individuos. Sin este estudio, se corre el riesgo de adoptar una visión esencialista que atribuya el comportamiento de las personas a una supuesta “naturaleza humana” fija e invariable. Esta visión ignora cómo los grupos sociales o sus líderes actúan según su propia interpretación de la historia de sus pueblos o las marcas que los eventos pasados han dejado en sus constituciones. La historia nos permite comprender el presente desde una perspectiva evolutiva y contextual. Al estudiarla, podemos identificar las cosmovisiones particulares de cada época y las huellas e influencias que han dejado en nuestra coyuntura. Este conocimiento nos aporta un enorme potencial para entender mejor los fenómenos actuales, al permitirnos afirmar que las sociedades y los individuos determinan sus cursos de acción y se representan a sí mismos en función de sus historias, y no a partir de una naturaleza intrínseca e inmutable.

 

Visión esencialista sobre las Relaciones Internacionales

Cuando las Relaciones Internacionales olvidan el estudio de su propia historia, pierden poder explicativo sobre los propios fenómenos que se proponen interpretar.

El discurso acerca de qué es lo internacional y cuáles son los objetivos de las relaciones internacionales, ha variado substantivamente desde sus inicios en el siglo XVII, respondiendo a contextos cambiantes en cuanto a objetivos e intereses. Por ejemplo, en sus comienzos las relaciones internacionales se percibían como un contrapeso necesario a las tendencias belicosas de los estados nacionales, pero luego de la Primera Guerra Mundial, pasaron a ser una herramienta para la paz perpetua. Más adelante, en el contexto de la Guerra Fría y con la amenaza de una destrucción global masiva, los intereses pasaron a ser más globales que internacionales, y hoy en día, los agentes mundiales han dejado completamente atrás su entidad de naciones y muchas veces son grandes compañías o pequeños grupos de individuos. Ignorar esto ha llevado a la disciplina a encerrarse en una visión acrítica y miope de su objeto de estudio, que muchas veces dificulta la comprensión de la vida política y social que se da a escala global, al interpretarla, a partir de un marco conceptual añejo y rígido, que no toma en cuenta las grandes transformaciones conceptuales en torno a las interacciones entre diversos actores globales. Es necesario entonces usar a la historia como una herramienta que nos permita poner en perspectiva e incluso superar la noción clásica de “relaciones internacionales”.