Amenazas a la seguridad internacional: ¿Cómo nos afectan?

En el mundo se están produciendo cambios radicales que han llevado a un aumento en la inestabilidad general de los países. Los problemas más acuciantes van desde la criminalidad clásica hasta el cambio climático, el aumento de los conflictos sociales, el terrorismo y la creciente falta de recursos en amplios sectores de la población. En nuestra coyuntura totalmente globalizada, estos problemas superan las fronteras nacionales y se convierten en mundiales y es por esto que hoy consideramos que representan una amenaza para la seguridad internacional.

En este artículo intentaremos definir el concepto de seguridad internacional, mencionar algunas de las amenazas más apremiantes de la actualidad, y algunas propuestas de solución, pero el tema es mucho más amplio. Si te interesa esta temática, te gustaría profundizarla y tener en el futuro un rol más activo en la búsqueda de soluciones a largo plazo, tal vez sea buena idea que considerés seguir la carrera en Relaciones Internacionales.

 

¿Qué es la seguridad internacional?

La seguridad internacional fue clásicamente definida como el conjunto de medidas tomadas por los gobiernos y los organismos internacionales para garantizar la seguridad y la conservación de los Estados Soberanos; sin embargo, esta definición mutó en la actualidad para incluir al concepto de seguridad humana, y hoy se encarga de una variedad de problemas que impactan negativamente sobre la continuidad de los Estados como base del sistema internacional pero también sobre la supervivencia y la seguridad de las personas individuales. Algunas de las principales amenazas internacionales en la actualidad incluyen el terrorismo, el cambio climático, las guerras y otros conflictos ideológicos, así como también la pobreza extrema y malnutrición.

 

¿Qué se puede hacer?

El aumento en cantidad y gravedad de las amenazas internacionales exigen un replanteamiento de la figura del Derecho Internacional y el rol de organizaciones como las Naciones Unidas o la Unión Europea.

Estas últimas, algunos autores argumentan, deberían adoptar un rol más protagónico frente a la primacía de los Estados y sus leyes, haciendo uso del derecho internacional para proteger la integridad de todas las personas, amparándose en el nuevo concepto de seguridad humana. En este sentido, las Naciones Unidas podrían constituirse en un sistema de orden público, haciéndose responsable de las medidas preventivas y coercitivas frente a un potencial quebrantamiento de la paz.

Por otro lado, los organismos internacionales podrían establecer repercusiones claras en caso de que la paz no se conservara, además, podrían poner sus recursos de seguridad internacional a disposición de todos los Estados, para que estos pudieran aprovecharlos y se encontraran a su vez obligados a proveerlos.

Por último, sería muy importante que los organismos internacionales adoptaran una postura activa frente a la resolución de amenazas, actuando desde su origen. Para funcionar, esto conllevaría una gran inversión de recursos para el desarrollo de todas las naciones del mundo y un planeamiento cuidadoso en torno a los riesgos de cada decisión.