La Voz de la Academia: carrera diplomática en Honduras

Como estudiantes de Relaciones Internacionales, muchos, sino la mayoría, comenzamos nuestro paso por la universidad con la aspiración de llegar a ser embajadores en algún punto de nuestra trayectoria profesional, ya sea porque es lo primero que se nos viene a la mente cuando alguien pregunta en que nos gustaría desempeñarnos o simplemente porque no tenemos conocimiento en cuáles otras áreas podemos desarrollarnos como profesionales.

Sea la razón que sea, una cosa es cierta, son muy pocas personas quienes realmente conocen acerca de la carrera diplomática en el servicio exterior de nuestro país. No importa el área de estudio que una persona tenga, debería tener conocimiento de ello, porque son las y los embajadores, y demás miembros del escalafón diplomático, quienes se encargan de representarnos frente a otros estados, en organismos internacionales, en misiones especiales, etc. De igual manera, es necesario que las personas que ostentan estos cargos estén bien preparadas, hayan estudiado Relaciones Internacionales o no, deben tener un estudio previo acerca de la diplomacia, conocer los aspectos fundamentales para establecer relaciones diplomáticas entre estados y que éstas puedan ser a largo plazo y con beneficios mutuos. Con el paso de los años hemos podido ver que estos cargos son ejercidos por personas que no tienen preparación alguna en la rama de las Relaciones Internacionales y me surge la interrogante: ¿Cómo una persona que no conoce del área diplomática puede llevar a cabo una buena política exterior para el país? La respuesta se puede basar en que, el trabajo desarrollado por la persona en ese puesto, no será eficaz por su falta de preparación y conocimiento. Si bien es cierto, con el pasar del tiempo se van adquiriendo competencias, nunca será igual al desenvolvimiento que pueda tener una persona que se haya especializado en el área. Cabe destacar que el desempeño que tenga el embajador(a), puede determinar los beneficios o perjuicios que se puedan generar con los estados con los que se decida tener relaciones diplomáticas.  A esto también cabe añadir que la falta de preparación y conocimiento en el área, puede verse reflejada al negociar, si la persona no cuenta con un perfil de negociador al momento de estar en una mesa de negociación, puede ceder concesiones innecesarias y el acuerdo podría no ser tan efectivo y beneficioso para el país que se representa, como se planeó desde un principio.

Este tipo de cosas se vuelven muy desalentadoras para los jóvenes que tienen la aspiración de comenzar una carrera diplomática, o formar parte de la academia que tenemos en Honduras, cuya institución está vigente desde el año 2000. Considero que la carrera diplomática en nuestro país es hasta cierto punto inexistente, porque son muy pocos los profesionales que realmente se desempeñan en el área para la que estudiaron, quizá si estos puestos no fuesen dados en base a tintes políticos, preferencias o favores, y se guardasen para personas realmente capaces, nuestra imagen frente a la comunidad internacional fuese distinta o existiría mayor confianza e interés por parte de los jóvenes estudiantes para tomar el camino de la diplomacia.

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Este contenido forma parte de la Columna «La Voz de la Academia», un proyecto de carácter académico, desarrollado por estudiantes y docentes de la Licenciatura en Relaciones Internacionales de UNITEC y que no refleja, necesariamente, el pensamiento o postura de la institución.