Responsabilidad Social complemento necesario para el profesional

La Responsabilidad Social, un complemento necesario para el profesional

En las últimas décadas, escuchamos mucho hablar sobre la necesidad de que las empresas sean responsables socialmente. Por eso, cada vez son más las que desarrollan e instauran políticas de responsabilidad social empresarial y corporativa como iniciativas para visibilizar los problemas sociales de carácter urgente (medio ambiente, pobreza, desigualdad, atención de la salud, educación, desnutrición y otros) y a la vez formar parte de la solución. Tales iniciativas, por igual, ayudan a mejorar su reputación, atraer, retener a los empleados y crear sostenibilidad a largo plazo.

No obstante, las empresas no son las que deben tener un compromiso con la sociedad y generar un impacto positivo. Las personas, como individuos, son responsables de adoptar medidas que repercutan positivamente en la comunidad. Después de todo, las personas son quienes integran las organizaciones.

Como miembros activos de la sociedad debemos de estar conscientes que todas nuestras acciones tienen repercusiones sobre las otras personas y nuestro entorno. El conocer el impacto de nuestras acciones nos permite tomar medidas para minimizar los efectos negativos, promover un cambio positivo, adoptar un comportamiento responsable, buscando soluciones prácticas de respeto hacia los demás, al entorno y hacia uno mismo. Esto beneficia y compromete a cada miembro de nuestra comunidad hacia un mayor bienestar para todos, y al mismo tiempo, fomentar la creación y la participación, de una sociedad más empática, más solidaria, más justa e igual para todos.

Una de las preguntas más frecuentes como individuos es ¿Qué gano siendo socialmente responsable? Con seguridad, la primera respuesta en la que podríamos pensar es el de colaborar para hacer de este un mundo mejor. Estudios han comprobado que el ser socialmente responsable nos convierte en personas más optimistas y positivas, mejorando además la forma en que nosotros mismo nos vemos, generando una sensación de logro y autorrealización. Aprendemos a dar y también a recibir, a compartir nuestras propias experiencias, conocimientos, habilidades, participando en actividades e iniciativas colectivas en temas ecológicos, sociales y humanos, brindando voluntariamente nuestro tiempo de forma altruista, retribuyendo a los que menos oportunidades tienen.

Para poder emprender acciones de responsabilidad social de impacto, como individuos, debemos contar con ciertas características como la empatía, la conciencia de uno mismo, la integridad y la voluntad de actuar, las cuales nos pueden ayudar a tomar decisiones y a emprender acciones significativas que repercutan positivamente en nuestra comunidad y entorno.

Una verdadera responsabilidad social individual se adopta cuando uno está convencido de que nuestras acciones pueden beneficiar al resto de los miembros de la sociedad.

“Para que las cosas resulten, siempre hay que dar más de lo necesario”

Hermann Gmeiner

Fundador de Aldeas Infantiles SOS

Por Carla López Samra

Coordinadora de Grandes Donantes

Aldeas Infantiles SOS

Egresada de la Licenciatura en Comunicación y Publicidad.