Las ciudades de la zona norte de la república de Honduras, poseen un patrimonio edificado peculiar, en buena parte se trata de arquitectura tropical de madera, de naturaleza ecléctica y mezcla de estilos: New Orleans, victoriano, art deco etc. No obstante, esta región es ofertada solo como turismo de sol y playa en guías de turismo y viaje, perdiéndose así una valiosa oportunidad para el desarrollo de una marca de ciudad, que facilitaría el posicionamiento y diferenciación de estas ciudades con los otros destinos del Caribe.
La marca de ciudad es la que identifica su capital simbólico y en la que el patrimonio ocupa un lugar primordial al actuar como símbolo de identidad y reclamo publicitario (Martínez, 3: 2007), una marca ciudad puede generar valores positivos o negativos Puig la define como “comunicación de la ciudad desde la organización pública municipal que la rediseña, la va a rediseñar o ya la ha rediseñado. Es el continuum de relaciones entre municipalidad, ciudadanos, organizaciones plurales, otras ciudades, instituciones y organizaciones nacionales e internacionales” (Puig, 98: 2012).
Las ciudades compiten entre sí, para atraer inversiones y alcanzar sus objetivos de crecimiento y obtener beneficios para sus habitantes, en este contexto surge la necesidad de quedar posicionados en la mente de su público meta objetivo, para lo cual se deben utilizar las herramientas de comunicación adecuadas, las campañas de marketing en las ciudades están ligadas a esta competencia entre ciudades que produce la globalización (Treserras, 3: 2003).
La organización de eventos o la creación de distritos culturales son estrategias de marketing que se pueden utilizar para alcanzar este posicionamiento (Treserras, 11: 2003), el posicionamiento se logra mediante la consecución de una ventaja competitiva se trata, de lograr un lugar privilegiado en la mente de los distintos grupos de usuarios de la ciudad de manera que permita posicionarse de forma diferente frente a otras ciudades (Sáez, 127: 2011).
¿Cómo diseñar la marca ciudad?
Las ciudades viven y sobreviven sin iconos arquitectónicos, pero estos visibilizan y tangencian la experiencia de la marca ciudad, cuando se opte por un edificio icónico para reforzar el rediseño y mediatizarlo, se debe optar por una arquitectura que muestre los valores que queremos compartir como ciudad, serios y a la vez atractivos, recomienda Puig: “un edificio símbolo, un edificio necesario que dure en el tiempo: que nos signifique” (Puig, 39: 2008).
Puig recomendando mapear el territorio de las piezas del patrimonio de la ciudad (Puig, 114: 2008), la situación del patrimonio, el que se mantiene, el remozado, el que está en funcionamiento, desde el patrimonio se puede encontrar el valor de marca de la ciudad, debe contestarse la duda de si la ciudad puede proyectar su futuro a partir del patrimonio, de la nueva comprensión de su uso y de su entorno (Puig, 118: 2008).
El Gobierno, la academia y la empresa privada de Honduras deben trabajar en conjunto, para recuperar y preservar el patrimonio edificado de las ciudades de la “ruta del banano” de Honduras, y así desarrollar marcas de ciudad que sirvan para identificar a San Pedro Sula, La Ceiba, Tela etc. La huella del pasado dejado por las compañías bananeras y los inmigrantes que vinieron con ellas, pueden ser una clave para potenciar la calidad de vida y futuro de sus habitantes.