NOSOTROS, LA BURBUJA

 

 

  

 

 

Este fue el comentario más común al entrar a esta universidad: “Viven en una burbuja”, u otro muy parecido y que va algo así “no saben lo que es el mundo real” o “para que pagar tanto por algo que ni es tan bueno” y uno de mis favoritos, “a ustedes les dan todo en bandeja de plata”. Estoy seguro que si esto fuera una lista de insultos a estudiantes de UNITEC, esta nota no sería nada más que una retahíla innumerable de insulto tras insulto, lo suficientemente grande como para rellenar el libro de Sociología o un libro de C++. Pero todavía queda la duda para nosotros estudiantes de los diferentes campus del país, ¿en verdad somos parte de tal burbuja?

  

La Real Academia Española dice de las burbujas:

1. f. Glóbulo de aire u otro gas que se forma en el interior de algún líquido y sale a la superficie.

2. f. Habitáculo hermético y aislado del exterior.

El primero por definición y lógica no cabe en el contexto de la “Burbuja Unitec”. Aunque sería bueno que al menos el campus de Tegucigalpa pudiera flotar y así evitarnos el tráfico de horas que se hace en la entrada y en las malditas horas pico. En ese caso valoremos la segunda opción…habitáculo hermético y aislado del exterior. ¿Estamos aislados? En verdad somos esa utópica visión que los “no estudiantes” de Unitec piensan de nosotros.

“Niños de papi y mami” que compran la carrera entera por adelantado, o niños mimados por el sistema que no tienen que temer, mientras permanecen protegidos entre los muros y paredes de la institución. En mis cuatro años de carrera he visto y conocido todo tipo de personas que demuestran lo incorrecto de estos conceptos, así como otras que lo apoyan a un cien por ciento. Pero no es acaso esto mismo lo que nos da la vida universitaria, en cualquier parte del mundo. Esa variada mezcla de personalidades y personas, bestias, burbujas o ángeles.

Porque en los pasillos y aulas se hay estudiantes que aun con un niño en sus vientres continúan sus estudios, estudiantes que con trabajos de medio tiempo se desvelan para terminar las proyectos de “Diseño IV”, estudiantes que con beca de excelencia académica, caminan un tramo de La Aldea la Joya a La Kennedy para internarse en la universidad de sol a sol.

La sociedad no nos favorece y nosotros no la miramos de soslayo. Vivimos en un país donde te matan por un par de tenis o por un celular, vivimos en una sociedad en peligro. ¿Cómo entonces puede existir tal burbuja en nosotros? En nuestros proyectos afuera de nuestras paredes, en las calles y en nuestros lugares de trabajo, vivimos día a día lo que es la dureza del sistema y respondemos a ello como aguerridos a batalla campal.

Somos el fruto de un sacrificio nada fortuito, somos el tiempo en que vivimos y nuestros planes del futuro. Estudiante de Unitec, seamos ese estudiante, jaguar que sabe que la lucha es diaria y que el futuro es incierto. Cierto es que esas burbujas pueden existir en la universidad, pero como en el juego de reglas y excepciones, no dejemos que algunas excepciones decaigan el espíritu de un verdadero estudiante de Unitec.

 

Autor: Manuel Omar Mejía